Unos ojos que no cesan permiten al vibrar, la desconfianza del resto de las miradas. Ojos que hablan de traición, de asesinato, nos pretenden convencer. Inexperiencia ridícula, demasiado amor propio sin experiencias positivas; narcisismo injustificado.
Por mucho que las palabras digan, no hay razón si los ojos, el alma, no acompañan. El escritor no tiene ojos… No se puede estudiar la mirada hacia el lector. Poco se sabe de la reacción que provoca la grafía en el lector y no hay grafía más fría que la de la típica máquina Olivetti, que la “Times New Roman” a 12 que exigen para facilitar el ritmo de lectura.

Para mirar al lector, para mirarte desde esta nueva página sólo puedo describirte y hacerte ver desde mis ojos, mi verdad; mi entorno. Sin embargo siempre podría mentirte con suma agilidad. ¿Confías ahora en mí?. En mi humilde opinión te aconsejo que sólo disfrutes de la realidad o del atrezzo.




lunes, 3 de octubre de 2011

Como a quien no le importa nada


Tomaba 
con unos amigos.
Me gusta 
beber y charlar 
.
Parloteaba 
como a quien
no le importa
nada

Robaba 
segundos 
a una conversación,
 pensaba:

Todo es prefabricado, naturaleza muerta
vivo muy bien en un mundo de mierda.

Y parloteaba
como a quien
no le importa 
nada.

Willhelm Tanned
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2 comentarios:

  1. Anónimo3 de octubre de 2011, 4:17

    los segundos se vuelven nada, cuando el tiempo se desvanece en un...no pasa nada.amigo guille es preciso decir que es excelente...

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  2. Unknown3 de octubre de 2011, 4:36

    Gracias anónimo

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