Unos ojos que no cesan permiten al vibrar, la desconfianza del resto de las miradas. Ojos que hablan de traición, de asesinato, nos pretenden convencer. Inexperiencia ridícula, demasiado amor propio sin experiencias positivas; narcisismo injustificado.
Por mucho que las palabras digan, no hay razón si los ojos, el alma, no acompañan. El escritor no tiene ojos… No se puede estudiar la mirada hacia el lector. Poco se sabe de la reacción que provoca la grafía en el lector y no hay grafía más fría que la de la típica máquina Olivetti, que la “Times New Roman” a 12 que exigen para facilitar el ritmo de lectura.

Para mirar al lector, para mirarte desde esta nueva página sólo puedo describirte y hacerte ver desde mis ojos, mi verdad; mi entorno. Sin embargo siempre podría mentirte con suma agilidad. ¿Confías ahora en mí?. En mi humilde opinión te aconsejo que sólo disfrutes de la realidad o del atrezzo.





lunes, 21 de noviembre de 2011

La Montaña irá a Mahoma




Si Mahoma no va a la montaña,
la montaña irá a Mahoma.
O eso dicen...
.
El pueblo grita,
inunda las calles,
le chilla
a sus políticos
que 
remedien los males
que han provocado,
que se traguen
toda la mierda
que allá donde fueron
vomitaron.
.
Los políticos gritan,
abandonan,
roban,
escapan,
pierden el tiempo.
Continúan llenando
así sus carteras
bostezando
en el Congreso.
.
Y entre gritos,
atracos, malversaciones,
entre protestas, lloros
y reuniones,
¡entre ladrones!,
van pasando los días.
Arderán las banderas
a ritmo
 de rebeldía.
.
.
Willhelm Tanned