Unos ojos que no cesan permiten al vibrar, la desconfianza del resto de las miradas. Ojos que hablan de traición, de asesinato, nos pretenden convencer. Inexperiencia ridícula, demasiado amor propio sin experiencias positivas; narcisismo injustificado.
Por mucho que las palabras digan, no hay razón si los ojos, el alma, no acompañan. El escritor no tiene ojos… No se puede estudiar la mirada hacia el lector. Poco se sabe de la reacción que provoca la grafía en el lector y no hay grafía más fría que la de la típica máquina Olivetti, que la “Times New Roman” a 12 que exigen para facilitar el ritmo de lectura.

Para mirar al lector, para mirarte desde esta nueva página sólo puedo describirte y hacerte ver desde mis ojos, mi verdad; mi entorno. Sin embargo siempre podría mentirte con suma agilidad. ¿Confías ahora en mí?. En mi humilde opinión te aconsejo que sólo disfrutes de la realidad o del atrezzo.





sábado, 9 de febrero de 2013

No soy poeta






( Ilustración de Manleasecas.



Yo no soy poeta,
es mi corazón
que se rebela
y acelera el pulso
cuando aprieta
la soga Realidad.


Oxigena el cerebro
ya subyugado.
Atrapa imágenes
gestos, sentimientos.

Los esconde
en un rincón oscuro
donde el tumulto
de recuerdos,
y de ahí
escapa la poesía.

Como decía
no soy poeta
es mi corazón
que te recuerda
y se estremece.

Crece palabra a palabra
sin verso
que hasta ceder
lo encadene,
rebosa en pálpitos
de tinta china.

Una vez más,
yo no soy poeta
es mi corazón
que te respira.
.



Willhelm Tanned

(Incluido en el poemario "Who's Who in Poetry",
California, 2012)