Tengo sobre mi escritorio
un maletín de póquer
con su tapete incluido.
Una citación judicial,
dos mandarinas y una
caja de Winston Light.
.
Un cenicero, un librillo
OCB
y cuatro horas de humo.
Un vaso de whisky con tres
hielos,
y un poema en el tintero.
.
Hay también una sombra
y un reflejo,
una musa descocada
danzando por aquí.
Un soñador haciéndose
viejo
por sus alas;
vil fetiche baladí.
.
.
.
.
Willhelm
Tanned