Unos ojos que no cesan permiten al vibrar, la desconfianza del resto de las miradas. Ojos que hablan de traición, de asesinato, nos pretenden convencer. Inexperiencia ridícula, demasiado amor propio sin experiencias positivas; narcisismo injustificado.
Por mucho que las palabras digan, no hay razón si los ojos, el alma, no acompañan. El escritor no tiene ojos… No se puede estudiar la mirada hacia el lector. Poco se sabe de la reacción que provoca la grafía en el lector y no hay grafía más fría que la de la típica máquina Olivetti, que la “Times New Roman” a 12 que exigen para facilitar el ritmo de lectura.

Para mirar al lector, para mirarte desde esta nueva página sólo puedo describirte y hacerte ver desde mis ojos, mi verdad; mi entorno. Sin embargo siempre podría mentirte con suma agilidad. ¿Confías ahora en mí?. En mi humilde opinión te aconsejo que sólo disfrutes de la realidad o del atrezzo.





sábado, 31 de diciembre de 2011

Debes ser increible



Pienso en ti.
Aún no te conozco
pero a menudo
pienso en ti.
.
Debes ser increíble... 
Ahora mismo
estarás dormida,
angelical entre sábanas
como una leona mansa
mientras
yo tecleo mis inquietudes
y fumo mecánicamente.
.
Me da miedo pensar
cómo me piensas,
espero ser suficiente
para ti,
espero te guste
caótico y delirante,
absurdo, tosco y
zascandil.
.
Pienso en ti
y tú me piensas.
Bonito bucle 
del destino
jugando con la 
relatividad.
.
Pienso en ti
y tú me piensas.
Cuento los días
como un niño
ansioso por encontrar.


.
.
.
Willhelm Tanned