Unos ojos que no cesan permiten al vibrar, la desconfianza del resto de las miradas. Ojos que hablan de traición, de asesinato, nos pretenden convencer. Inexperiencia ridícula, demasiado amor propio sin experiencias positivas; narcisismo injustificado.
Por mucho que las palabras digan, no hay razón si los ojos, el alma, no acompañan. El escritor no tiene ojos… No se puede estudiar la mirada hacia el lector. Poco se sabe de la reacción que provoca la grafía en el lector y no hay grafía más fría que la de la típica máquina Olivetti, que la “Times New Roman” a 12 que exigen para facilitar el ritmo de lectura.

Para mirar al lector, para mirarte desde esta nueva página sólo puedo describirte y hacerte ver desde mis ojos, mi verdad; mi entorno. Sin embargo siempre podría mentirte con suma agilidad. ¿Confías ahora en mí?. En mi humilde opinión te aconsejo que sólo disfrutes de la realidad o del atrezzo.





sábado, 12 de mayo de 2012

Sobre mi escritorio






Tengo sobre mi escritorio
un maletín de póquer
con su tapete incluido.
Una citación judicial,
dos mandarinas y una
caja de Winston Light.
.
Un cenicero, un librillo OCB
y cuatro horas de humo.
Un vaso de whisky con tres hielos,
y un poema en el tintero.
.
Hay también una sombra
y un reflejo,
una musa descocada
danzando por aquí.
Un soñador haciéndose viejo
por sus alas;
vil fetiche baladí.
.
.
.
.
Willhelm Tanned

3 comentarios:

  1. No cabe duda,cada día nos espera una sorpresa y hoy me la he llevado,..magnifico,hacia tiempo que necesitaba leer a alguien tan auténtico,felicitaciones,..Makeda.

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  2. Muchas gracias! Espero que siga gustando con el tiempo!

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  3. Me encantó este y el de No soy poeta, espero tener tiempo pronto para leer más de ti. Si tienes una sugerencia no dudes en mostrármela.. Gracias.

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