Hay poetas chaqueteados
en todas las ciudades.
Cuidadas barbas y colores definidos.
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Pasean su poesía.
Huelen siempre igual;
tinta antigua llorada
de antiguos desamores,
habitación sin ventilar.
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Ni sienten, ni aman. Sólo miden...
juguetean con sus andamios,
idolatran sus números...
.
Hay poesía en todos los segundos
y un poeta con un reloj ajustado
en cada corazón.
Marca el ritmo de las aceras,
encuentra belleza en cristales rotos;
Vidas de humo sabor equivocación.
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Obliguemos a viajar a nuestros poetas
y hagamos poesía de la sangre.
Que no falten en la calle
los minutos de ese reloj.
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Que surjan versos de las cenizas de cigarrillo
Y surjan también de la tierra mojada.
Que digan los que han vivido
y vivan los que quieran hablar.
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Que escriban y lean todas las almas
en un murmullo incesante
Que hablen de una vez
las paredes que tanto
obligaron a callar
.
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Incluido en la Antología poética
"Libertad tras las rejas", 2012
Willhelm Tanned